RESTAURANTE NOMM
El restaurante Nomm, en el barrio de Sant Antoni de Barcelona, se plantea desde un primer momento como un proyecto escenográfico y experiencial. Como si se tratara de una película, el recorrido desde antes de entrar hasta tener el plato delante está pensado para conducir las emociones del cliente de una manera intencionada, desde la curiosidad a la sorpresa, pasando para el acompañamiento mientras el cliente come.
La planta del restaurante presenta forma de U, con las dos puntas que comunican hacia la calle, como muchas de las plantas bajas de Barcelona, ya que es la forma que resulta de la sustracción del núcleo de escaleras de la finca a una parcela la rectangular típica del Eixample.
Nomm debía ser un refugio en el Paralelo, y no un restaurante expuesto a la gente que pasa por la calle. Con esta premisa la puerta debía ocultar el interior, pero no del todo, ya que la puerta contiene una caja transparente por donde espiar lo que ocurre en el interior. De este modo se potencia la curiosidad.
Nomm es entendido como un interior ambiguo. Sin caer en la literalidad, ciertos aspectos nos insinúan que podría ser considerado un exterior, o un espacio semi-exterior, todo dentro del interior del local.
Bajo el concepto de trasladarse al Honk Kong de los años 50, y una atmósfera basada en las películas de Wong Kar-Wai, el restaurante Nomm presenta dos áreas principales y otros de tansició. En la primera, la más ligada a la entrada y en la barra, se propuso una estructura de madera en el techo hecha de listones de madera pintados de color rojo. Estos se disponen haciendo una malla abstracta donde se atornillan unos hilos creando una forma abstracta asimilable a los toldos de las calles de Honk Kong.
Para esta área es por donde se accede y se debe crear necesariamente para acceder al la zona del comedor.
Aquí se optó también por una intervención en el techo, esta vez mucho más literal, disponer unas linternas como las que se dejan volar a muchos países asiáticos para desear buenos augurios. Con el techo completamente pintado de negro, se difunden los límites para aumentar la sensación de estar en el exterior.
Emplazamiento: Av. del Paral·lel – Barcelona
Fecha: Març 2006
Proyecto: Narcís Font Juan